viernes, 12 de junio de 2015

A Doce años de tu partida

PAPI

Hoy hace doce años que Dios te llamó a su reino Papito querido y después de tanto tiempo aún siento tu ausencia. Sé que estás bien y feliz porque me has visitado en mis sueños y en ellos, el lugar de la fantasía y la verdad, me has abrazado con tus fuertes brazos y me he sentido protegida y regocijada de verte tan alegre, como siempre lo fuiste.
Tus muchachas estamos bien, como sabrás, luchando y con la cabeza en alto como nos enseñaste. Tus nietos fuertes, estudiosos, generosos y guerreros de la vida.
Tienes cinco biznietos, oh! Papi cuanta alegría te hubieran dado. Saben de ti, de su bisabuelito que está en el cielo y que nos cuida desde allá.
Fuiste y seguirás siendo nuestro ejemplo de fortaleza, responsabilidad, alegría y protección y hoy, añoro esos días de juegos y desavenencias, porque gracias a ti me forjaron el carácter y el amor.

Te amo papi y algún día cuando Dios decida, me estarás esperando con los brazos abiertos y tu eterno bigote, para darme la bienvenida  y guiarme por el mundo eterno de Dios.

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